jueves, 7 de febrero de 2008

Va de olores


Mi amigo JR es un artista. No es que sea un monstruo haciendo lo que hace, que también, sino que es un artista en el amplio sentido de la palabra. Pinta, esculpe, crea… es un apasionado del arte contemporáneo y tiene la suerte de poder ganarse la vida con ello.

Estaba el otro día comiendo con mi amigo JR en un conocido restaurante con nombre de pescado, cuando empezó a divagar en una de esas charlas sobre arte que tanto me cuestan digerir. Me decía que en nuestra cultura occidental siempre se ha considerado el olfato como un sentido de segunda categoría desde la perspectiva estética, “aunque eso, afortunadamente, ya esta cambiando”, explicaba convencido.

Comentaba que tradicionalmente los sentidos que se habían considerado nobles eran el oído y la vista “y por eso son los sentidos de las llamadas bellas artes, aunque el arte contemporáneo está empezando a cambiar el paso”, trataba de convencerme.

La verdad es que esa charla me hizo pensar que no estaría mal exponer en un museo algunos de los olores que han marcado mi vida.

Y me acordé del olor a puchero que recorría el pasillo de mi casa cuando llegaba cansado del colegio; del olor a dama de noche en el jardín de mi casa y del montoncito de jazmines blancos como perlas que mi abuela recogía cada noche de verano y ponía sobre su mesilla antes de acostarse.

Pensé que no estaría mal colocar en mi museo de los olores el inolvidable perfume que utilizaba con quince años la que hoy es mi mujer, o la inconfundible fragancia corporal de cada una de mis hijas.

No estaría nada mal colocar una vitrina con el aroma a la paella recién hecha del abuelo José, el olor de la boronía de mi suegra o del bienmesabe del Bar San Roque.

Entre los perfumes de mi museo, pensé, no podría faltar el característico aroma del mar en los días de invierno, cuando el oleaje rompe violento y no hay nadie en la playa; ni tampoco la esencia a resina de los pinares de la Almadraba. Tampoco faltaría el olor a pescado fresco de la lonja, mezclado con el de las algas secas que se quedan en las redes que se amontonan en el muelle. Olores, algunos de ellos, fuertes, especialmente intensos, pero inolvidables.

Seguía yo dándole vueltas a mi selección de aromas cuando mi museo cerró las puertas de forma inesperada. Ni puchero, ni dama de noche, ni jazmines, ni mis niñas, ni paella, ni cazón en San Roque, ni mar, ni resina, ni pinares, ni leches…

Y es que se acercó a saludarnos a nuestra mesa una querida amiga que creo que no se ducha desde el día que vio Psicosis, por lo que mi mezcolanza mental de aromas se fue al mismito carajo en un solo instante, gracias a los efluvios corporales de la susodicha.

Yo sé que cada persona tiene un olor diferente, al igual que cada persona tiene también una huella dactilar diferente. ¡Pero es que el suyo es tan, tan diferente!

Me gustaría que mi amigo JR le diera una de sus charlas, y le explicara lo importante de los olores, de cómo nuestro órgano nasal se encuentra en contacto directo con nuestra memoria y emociones. De cómo cuando te llevas todo el día oliendo algo que echa “patrás”, te pones de mal humor o de cómo te cambia el carácter al oler un ramo de rosas o aspirar aire puro.

Supongo que la “cercanía” al foco será la razón por la que mi amiga tiene siempre tan malas pulgas.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Siento que te amargaran el día con el olor. Con lo fácil que es mantener la fragancia del buen rollo, sólo es cuestión de ponerse....

Anónimo dijo...

Bueno, también se me olvidó decir: ¡¡socorroooo!!, porque lo mejor es salir huyendo...

Anónimo dijo...

¿DÓNDE ESTÁN LAS NORMAS BÁSICAS DE HIGIENE? ES QUE ESTA AMIGA TUYA NO LAS CONOCE? "ME HUELE" QUE SÉ QUIÉN ES....

Anónimo dijo...

El comentario no se relaciona exactamente con tu entrada "va de olores", pero como no he encontrado ninguna opción para sugerencias, quejas o comentarios libres, he optado por utilizar esta vía. Y el motivo... felicitarte por tu blog en la que con tanta maestría y sentido del humor, algo tan caracteristico tuyo,recreas vivencias, historias y pensamientos propios.

Ahora, nos toca a nosotros y desde las trincheras hablar de tí. Eres una persona muy sanota, de caracter muy particular que hace cómodo tratar y trabajar contigo.

La pista ya está dada...ahora es tu turno ;=) ¿quién soy?

Anónimo dijo...

será guarra...me "huele" que la he reconocido...