domingo, 17 de febrero de 2008

Comunicando en colores

Un gran amigo mío suele decir que una reunión que dure más de cuarenta minutos y en la que participen más de cuatro o cinco personas es una reunión improductiva.

Según su argumento, creo entender que el grado de improductividad estará en proporción directa con el número de asistentes o las horas que dure dicho encuentro. Entiendo, además, que si esa reunión se celebra durante horas o días no laborables, la productividad del encuentro bajará hasta límites insospechados.

Desde este planteamiento, mi amigo cree hartamente complicado que una reunión que se celebre en sábado y en la que se congreguen más de mil doscientas personas que podrían estar dedicando la jornada a disfrutar de una paella en el campo, caminar por la playa o montar en bicicleta con sus hijos, pueda ser efectiva.

Aunque comparto en gran medida este argumento, entiendo que si en ese tipo de reuniones los organizadores concentran sus esfuerzos en conquistar a esas mil doscientas personas transmitiendo mensajes motivadores, llenos de emoción, y utilizando grandes dosis de sentimiento y humor, los efectos negativos a los que alude este amigo pueden llegar a desvanecerse.

Además, si las personas que te hacen llegar los mensajes forman parte de ese entorno laboral y lo viven cada día (aunque no sean grandes gurús de la comunicación ni presenten debates políticos a nivel nacional), la efectividad será mucho mayor.

Sería lo que se ha venido a denominar “Comunicar en colores”.

Queridos amigos, aunque las escasas pinceladas que os han dejado trazar han ayudado a mejorarla, siento que ayer asistí a una de esas reuniones improductivas. ¿No sentís vosotros lo mismo?

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Stoy de acuerdo contigo... solo se salvaron los jauleros y el Capitán... el dire deprimente...

cleverdyc dijo...

En lo que me (nos) toca, se agradecen tus palabras, sobretodo teniendo en cuenta que no fue nuestro mejor día...

En otra ocasión habrá más colores!!

Anónimo dijo...

A mí no me invitan a estas reuniones... tanta gente había?

Anónimo dijo...

Sobraron la mitad de las intervenciones.
En cuanto al resto: Muy bien Capitán y La Jaula, Bien el catering, Mal la organización (salvo el acto de entrega de premios). Hay que calcular mejor los tiempos para acabar antes.
El arroz me pareció excelente, quizás por el hambre que tenía a esa hora.
Lo peor: No salí especialmente motivado, sino con la impresión de haber perdido un sábado.

Anónimo dijo...

Todos los años me pasa igual cuando llega la fecha de esa puñetera reunión: vuelvo a sentirme insignificante. ¡Menos mal que solo dura un día!

Anónimo dijo...

Pues a mí me encantó el dire. Vamos, que se me cayeron dos lagrimones!!!!

Anónimo dijo...

A mi el que me puso de verdad fue la intervención final, ¡qué 40 minutazos!, me quedé esperando una explicación de porqué el rey se lió con una motillo